*MATAREMOS Y SEGUIREMOS MATANDO

En su libro titulado “Las victimas olvidadas del Che”, por María Weslau, publicado en El American, existen algunos tópicos interesantes de asuntos que vale la pena recordar. Ella se refiere al Che, justificando cada detalle, como “un asesino de masas”. La falsa mística construida en torno a una foto del Che Guevara, que mancha muchas camisetas de fanáticos irracionales e ignorantes, fue, en verdad, una operación de la KGB soviética (Policía Política de la Unión Soviética, sede del Imperio Marxista de aquella época).

Ernesto “Che” Guevara es una figura muy obscura. El Che no mató más porque fracasó en casi todas las aventuras en que participó, hasta que lo mataron. Se destacó por matar enemigos desarmados e indefensos, la mayoría de ellos prisioneros, lo que demuestra su felonía y cobardía. Un vulgar asesino. Practica que perfeccionó hasta el “sadismo”, como uno de los primeros jueces y ejecutores de prisioneros políticos que eran enviados a morir en el paredón de los Tribunales Revolucionarios de la Cuba comunista. En su libro, Werlau expone toda la información desconocida del guerrillero marxista que, en Argentina, aprendió a salvar vidas como médico, pero que, por el contrario, prefirió la vida de asesino, matando gente “desarmada e indefensa”.

Fue la KGB de la Unión Soviética comunista de aquella época que lo convirtió en el Mickey Mouse de los marxistas ignorantes. Para conocer lo infame que era, Werlau menciona que en diciembre de 1964, en representación de la delegación cubana, ante la Asamblea de las Naciones Unidas, cuando preguntado sobre las ejecuciones en Cuba, respondió: “¿Ejecuciones? ¡Sí! Hemos ejecutado, estamos ejecutando y seguiremos haciéndolo.” Como investigadora del Archivo Cuba, Werlau es una investigadora del más alto standard y en su libro muestra los pormenores de la lamentable persona que era el Che: un verdadero “serial killer”, un bandido perverso, frio e impiedoso.

*(Adaptado de El American(R) 2021 – jmshilling@patriademarti.com).