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Chile auténticamente democrático

EL IMPUESTO ÚNICO – PARTE III

Una cosa interesante del Impuesto Único es que transforma al Fisco (el Estado y el Gobierno) en socio de la empresa privada. Una de las principales características de los dueños de una empresa (o accionistas) es que reciben parte del lucro (o utilidad) del ejercicio comercial o industrial. Si el Fisco recibe el 50% de la utilidad, entonces es un socio privilegiado. Recibe la mitad del lucro cuando hay y no paga nada cuando no hay (o hay pérdidas). ¿Por qué, si es socio, el Fisco no paga nada cuando hay pérdidas? Muy simple, porque no administra la empresa, ya que no es de él. Es administrada por sus dueños (los privados), es una empresa privada, y, por eso, ellos son responsabilizados por el prejuicio financiero. En otras palabras: el Fisco es socio en los lucros de las empresas (la parte buena). Como esto es para todas las empresas del país, el Fisco es socio de todas las empresas del país, participando con el derecho de recibir la mitad de la utilidad de ellas.

Muchos dirán que eso es comunismo o casi-comunismo, pero el hecho de las empresas ser privadas y administradas por los inversionistas aleja frontalmente la practica comunista de administrar empresas y planificar la economía (ya que los comunistas son pésimos en eso). Por otro lado, los marxistas dirán que eso es capitalismo-fascismo disfrazado. Eso es una crítica absurda, pues el fascismo jamás practicó algo así.

Sergio Raul Menares Becker

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