PURO CHILE

Chile auténticamente democrático

LAS EMPRESAS MIXTAS

Las empresas mixtas son combatidas tanto por la izquierda marxista, los comunistas, como por la derecha. Ellos las quieren todas ellas para ellos. La derecha las quiere todas privadas y los comunistas todas ellas del Estado. No hay duda que las empresas en manos del Estado privilegian la función social de ellas y la eficiencia es casi que ignorada. Las empresas de la RDA (Alemania Oriental) eran del Estado y, cuando se produjo la unión de las dos Alemanias, se descubrió que eran ineficientes y casi obsoletas. Muy pocas de ellas fueron aprovechadas. La fábrica de automóviles Trabant, por ejemplo, tuvo que ser desactivada, pues las ventas de autos de esa marca cayeron a “cero” (CERO) después de la unión alemana. Los autos fueron considerados “basura”.

Las empresas en manos de los particulares se objetivan principalmente en prestigiar la calidad de los productos y servicios que producen, con la máxima eficiencia y la máxima eficacia. El aspecto social de ellas y su contribución es poca a la sociedad. (Algunos opinan que ya siendo eficaces y eficientes y pagando bien a sus Trabajadores cumplen una excelente función social al país). Por eso una empresa mixta equilibra las dos cosas que se espera sean importantes en una empresa: eficiencia y contribución social.

¿Pero cuando una empresa será adecuada para ser mixta y cuál de ellas? Es ilógico pensar que una pequeña empresa sea adecuada para ser una empresa mixta. Un restaurant es mejor atendido por sus dueños que por funcionarios contratados. Todos sabemos eso. Luego no parece ser una empresa adecuada para ser mixta. Ya una empresa del LITIO, por ejemplo, en que se precisan grandes capitales y grandes recursos, parece adecuada a ser mixta, es decir, juntar los recursos privados con los del Estado. Como se puede apreciar, no todas las empresas deberían ser mixtas, solo las grandes.

La creación de empresas mixtas debe ser algo voluntario, conversado, objetivando el mejor interés para el país. no puede ser impuesto por el gobierno ni el Estado, como fue hecho con el Litio chileno, pues puede no ser el mejor camino a seguir.

Pensemos en eso.

Sergio Raul Menares Becker.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll hacia arriba