BORIC EL MUCHACHO SIMPÁTICO
Después que me jubilé por el gobierno del Brasil, decidí estudiar Politología a distancia. Quería entender mejor los partidos políticos existentes. Sus corrientes de pensamiento y sus principios filosóficos. Había dejado en forma consciente de lado las labores que abarcaban los campos de mis cuatro profesiones universitarias: Licenciado en Ciencias de la Ingeniería – U. de Chile; Ingeniero Civil Industrial – U. de Chile, posgrado en Calidad de los Alimentos – U. Veiga de Almeida (UVA) de Rio de Janeiro y Técnico en Química – Instituto Brasil. Apenas tenía el trabajo de asesor y ART (responsabilidad técnica) de una fábrica de alimentos de Rio de Janeiro. Era un trabajo con horario parcial, lo estaba haciendo con calma y estudiando los partidos políticos del mundo todo sin ladearme para ningún lado, apenas como curiosidad, y que poco a poco me entusiasmaba más. Entendí que desde que emigré de Chile hace 40 años yo me había transformado en un miembro de la “mayoría silenciosa” del mundo. Me hice como plano de vida conocer Chile, que cuando lo dejé era lindo, ahora que tenía un poco de plata sería más lindo. Como dicen por ahí, cualquier lugar del mundo, teniendo plata en el bolsillo, es más lindo que sin plata.
Estimé que duraría más 14 años de vida. Entonces decidí turistear por Chile de 15 días a un mes por año en cada ciudad, comenzando por Punta Arenas, Puerto Natales, Puerto Mont, Osorno, Valdivia, Temuco, Concepción, Lebu, Chillan, Talca, Linares, Curicó, San Fernando, Rancagua, Santiago (si, Santiago), San Felipe, Valparaíso, Llolleo, San Antonio, Illapel, Ovalle, La Serena, Copiapó, Antofagasta, Iquique, Arica y Lima (que aunque no siendo chilena, era la ciudad de uno de mis clientes importantes).
Debo decir que conocí todas ellas encortando mi estada para una semana. Todas me gustaron, y eso que ya había viajado y trabajado por la empresa desde Canadá al norte hasta Argentina al Sur, pasando por 10 países de América. Fueron 10 años que conocí casi todo Chile.
Estaba en Punta Arenas disfrutando de una de las ciudades más lindas y limpias de Chile (a pesar de los perros que andan sueltos en las calles) en un cibercafé, cuando se me acercó una muchacha y me entregó un papel que decía “Boric: la esperanza joven de Chile y del sur”. Me invitó a una concentración-reunión a la orla del estrecho que haría Boric en caravana de autos. Le dije que no iría, pues no era político, pero que me hablara más de ese Boric. Me dijo que se trataba de un político joven abogado que representa ideas nuevas. Le pregunté si era marxista o comunista o algo parecido. Me respondió:
– Imagina, Boric no es nada de eso, es un socialista democrático… Nada que ver con los comunistas.
Me agradó la respuesta, entonces le dije:
– Solo tengo 200 dólares en el bolsillo, te los doy como aporte a la campaña de ese tal Boric. Pero si vienes aquí hoy a la tarde, te puedo ofrecer más 500 dólares (el equivalente).
A la tarde vino ella y me preguntó por la plata de la donación. Le dije:
– Me acompañas aquí en la plaza, pues en la esquina hay una agencia del Banco Estado. Saco el dinero y te lo doy.
Fuimos y así lo hicimos. Nunca más vi a la muchacha, y yo ya estaba fuera de Chile cuando supe que Boric había sido elegido diputado. Me emocionó mucho y le conté a mi mujer que no me sentía tan feliz como hace mucho tiempo. Había conseguido hacer una pequeña donación a la campaña de un joven político, un muchacho simpático, pero me sentía como que la victoria fuese mía.
Yo ya sentía cierta antipatía por la dictadura comunista-marxista. La misma semana le mandé un mail a la dirección que me habían dado felicitándolo por la victoria; entonces le pregunté (por curiosidad confirmativa) si él era un demócrata. Me respondió, creo yo, al día siguiente, con la siguiente frase: GRACIAS. SOY MARXISTA CON MUCHA HONRA.
Fue como patada en la guata. Hasta ahora me duele. Entendí que fui engañado. Fui un burro. Un imbécil. Y él un CANALLA, pues nunca se manifestó así antes. Prometí nunca más ayudar a un candidato si no tenía la seguridad que es un anticomunista.