LAURENT AMEDER

Así se llamaba el operario francés, líder de los operarios de la firma alemana PERRIN, fabricante de partes y piezas para autos. Esta empresa tiene varias filiales por toda Europa, con más de 1100 funcionarios en total. Cuando esta firma anunció que cerraría su planta en Francia porque estaba dando pérdidas, también informó que despediría a todos los funcionarios, pero que serían compensados financieramente por sobre lo que la ley francesa manda dar. Los funcionarios protestaron con LAURENT AMEDER a la cabeza. Hicieron una reunión en la cual la empresa ofreció una compensación a cada uno de 50 mil euros (el doble de lo que la ley francesa manda dar a los funcioanarios en un caso como este). Laurent les rebatió a los directores, que no se trataba de dinero, se pretendía mantener el empleo y eso debía ser analizado. Les dijo que, para el Trabajador de verdad, lo más importante es mantener su empleo, aunque el salario también es de vital importancia. A la salida de la reunión, algunos funcionarios más exaltados volcaron el auto en el cual estaban los directores. Felizmente, nadie fue herido. Resultado, la empresa volvió atrás y determinó que solo daría lo que la ley manda: 25 mil euros a cada uno. Esto enfureció aún más a los funcionarios, que lo acusaron de ser el culpado de no haber conseguido lo que querían. Decepcionado con la empresa y desilusionado con sus compañeros, Se echó bencina en el cuerpo y se incineró. Su suicidio entristece a todos los Trabajadores que lo conocieron.

En Chile, debemos entender que aquí como en Francia y en cualquier parte del mundo, para la mayoría de los Trabajadores, mantener el empleo es asunto de vida o muerte; también para los Trabajadores cesantes por causa de los comunistas y de los malos políticos. Luchar contra la cesantía debería ser una de las principales prioridades.