TRABAJADOR NO ES BANDIDO
Soy un Trabajador jubilado después de 40 años consecutivos de ardorosa y criteriosa labor, en 11 países de América Latina, en distintas fábricas y labores. Mis camaradas de Trabajo eran Trabajadores igual que yo. Trabajé como proletario, obrero, operario, Trabajador brazal e intelectual. A pesar de mis 4 diplomas universitarios, jamás recusé Trabajo alguno. Conquisté el aprecio de mis camaradas por ser amigo y solidario a ellos y su Trabajo. Nunca hice ostentación de riqueza alguna ni de superioridad cualquiera. De un de mis jefes, recibí la siguiente frase: “Ud. parece ser un buen funcionario, que sería apreciado hasta en el comunismo.” (Hasta ahora no sé si esto fue un elogio o un sarcasmo…). Llegaba antes de la hora y salía después de terminar el expediente. Nunca falté por motivo fútil; y cuando un obrero faltaba, me ofrecía para substituirlo hasta que volviera a reintegrase. De esa forma, la producción no era afectada. Exteriorizaba siempre que podía mi agradecimiento por la empresa que me contrató. De ella retiraba el salario con el cual podía dar a mi familia un vivir decente y un futuro seguro a mis hijos. Conviví con pocos comunistas, algunos tenían más que yo. Me odiaban por yo pensar así, pero no les daba bola. Muchos más eran los camaradas sin partido y no comunistas. Eran los llamados pertenecientes a la “gran mayoría silenciosa”. De mi profesión de ingeniero de fábrica, vi que los Trabajadores NO eran bandidos ni supe que bandidos eran Trabajadores. De aquí nace mi convencimiento (hasta ahora) que si hacemos a todos los chilenos Trabajadores, NO habrá bandidos en la sociedad.
¡VIVA CHILE, PAIS DE TRABAJADORES, SIN BANDIDOS NI COMUNISTAS!